Sólo en Twitter y en Facebook, este año, hubo la asombrosa cifra de 1,7 millones de publicaciones antisemitas, dijo Elan Carr, enviado especial de Estados Unidos para monitorear y combatir el antisemitismo. No es motivo de risa. Pero, ¿y si luchamos contra el odio con la sátira, como intentan hacer los comediantes? ¿podría ser una forma eficaz de abordar las teorías de conspiración contra los judíos? Creo que sí. Independientemente de si se hace de forma sencilla o desde el otro lado, lo más importante es despertar la pregunta, ¿por qué existe el interminable odio a los judíos?, como un paso importante para resolver el problema para siempre.
El coronavirus vino de «un lugar llamado Wuhan, que está en Israel», bromeó el comediante judío, Sasha Baron Cohen, en un popular programa de televisión de Estados Unidos y se informó en algunos medios de comunicación. La gente ciertamente no lo toma en serio y es claro que su intención no es provocar, sino utilizar el sarcasmo como una forma eficaz para menospreciar el antisemitismo. ¿Por qué podría ser esta una gran estrategia? Porque necesitamos un enfoque creativo para abordar la creciente animosidad contra los judíos en el mundo. Podría ayudarnos a resaltar este fenómeno de manera contundente y ruidosa en las redes sociales, donde el antisemitismo surge y se propaga como virus.
Actualmente, la atención del mundo se centra en la otra epidemia, Covid-19, que eclipsó ligeramente el odio contra los judíos, pero no lo borró del cartel, como muestran las estadísticas.
Tan pronto como la plaga se debilite, las voces de nuestros enemigos se intensificarán de nuevo, culpando a los judíos por la pandemia y otros libelos, como lo hacen los antisemitas abiertamente en cada oportunidad y por cualquier medio a su disposición.
Sin embargo, perdemos tiempo tratando de combatir de frente a los que nos odian o luchando por eliminar el contenido no deseado. Estas acciones no ayudan, no tenemos ni el inmenso poder ni los recursos necesarios para erradicar el problema. Tan pronto como se implementan medidas para eliminar las entradas antisemitas en un lugar, se reproducen como malezas en el campo, en otro. Por eso, la única estrategia que dará frutos es aprender a tomar la negatividad que se nos presenta y contrastarla con la bondad que se espera del pueblo judío.
De hecho, retrocedamos un paso y pensemos en esto claramente por un momento. Cuando los antisemitas culpan a los judíos de las calamidades, en realidad señalan a los judíos como la única fuerza capaz de provocar cambios en el mundo, como los únicos que tienen poder para resolver cualquier crisis que enfrenta la humanidad, pero no están cumpliendo esa meta.
Es una afirmación indiscutible, tiene toda la razón. Sólo el pueblo de Israel puede hacer la diferencia en el mundo, porque él recibió el método de conexión, la sabiduría de la Cabalá, que describe la forma para atraer la fuerza única de la naturaleza, capaz de neutralizar cualquier interrupción y negatividad en la realidad. Esa fuerza que equilibra el odio es el poder del amor creado en la unidad judía. Cuando los judíos se unan y sean ejemplo a seguir, serán “luz para las naciones”, iluminarán el camino hacia un futuro positivo para la humanidad. Ese será el día en que la justicia, la igualdad y el entendimiento mutuo rían por última vez.
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