Buscar una pareja adecuada puede volverte loco. Incluso una vez que la encuentras, la euforia se desvanece muy rápido, a medida que surgen conflictos. Como resultado, las tasas de matrimonio están cayendo y casi la mitad de las parejas que se casan, finalmente se divorcian. En una realidad donde los roles de hombres y mujeres son borrosos y el género se cambia por capricho, es muy difícil saber cómo comportarnos en las relaciones. En lugar de confianza, nuestras relaciones aumentan nuestra ansiedad e inseguridad en todos los aspectos de la vida familiar, desde la crianza de los hijos hasta la vida sexual. Para recuperar la confianza en nuestras relaciones, debemos comprender la esencia del amor, del sexo y de los roles naturales de los géneros. Y veremos que al alejarnos de la forma natural, nos sentimos fuera de lugar e inseguros.
Para comprender la naturaleza, debemos ver hacia atrás uno o dos siglos. Hace no mucho tiempo, la gente hacía su vida según los dictados de la Madre Naturaleza: las madres se quedaban con sus bebés, los cuidaban hasta que se convertían en niños, luego los niños se unían a su padre y las niñas a su madre. Observando a sus padres, aprendían con el ejemplo y sabían relacionarse con la vida.
En ese momento, las relaciones entre hombres y mujeres eran naturales. Con la excepción de la clase alta, que no tenía mucho más que hacer, la gente no prestaba mucha atención al sexo. Los hombres querían una mujer sana, fértil y capaz de mantener el hogar y las mujeres querían hombres que pudieran mantenerlas y atender sus necesidades y las de sus hijos. El sexo y la apariencia, eran consideraciones marginales a la hora de buscar pareja.
De repente, en el siglo XX, el sexo y la sexualidad se volvieron importantes. Empezamos a desarrollar moda y la cultura evolucionó en torno a la sexualidad. El sexo se volvió esencial, tanto abierta como encubiertamente. Literatura, teatro, películas, televisión, internet y redes sociales, emplean el sexo para atraer gente. Incluso los autos deben verse «sexy» atractivos.
Los animales, por otro lado, no necesitan sitios de citas; no tienen Tinder y no se ocupan del sexo. Cuando llega la temporada de aparear, siguen sus instintos que les dicen qué pareja es la adecuada y copulan. No cometen errores porque fluyen con las reglas de la naturaleza.
En el siglo anterior abandonamos por completo las reglas de la naturaleza y comenzamos a desarrollar nuestras propias ideas e ideologías sobre lo que está bien y lo que no. Como resultado, ya no sabemos cómo deben comunicarse hombres y mujeres. Además, décadas de influencia de Hollywood distorsionaron por completo nuestra percepción y los consultores sexuales han destruido lo que quedaba de nuestro sentido común.
Cuando las relaciones naturales se volvieron obsoletas, afloraron operaciones para diseñar y rediseñar nuestros órganos para cumplir con los estándares siempre cambiantes, fijados por líderes, que ellos mismos son productos de una sociedad perdida. Y vivimos en una sociedad donde todo es posible y está permitido, pero estamos vacíos y desconectados.
El gran abismo que engendró el “progreso” generó una nueva era. Fuera del vacío frío de la soledad y la depresión, la gente comienza a entender que debe formar conexiones naturales, y adecuadas, donde todo tenga sentido y se perciba natural.
Las conexiones naturales requieren algo así como una línea media, donde aceptemos lo que somos y nos unamos por encima de las diferencias. Ya no intentaremos cambiarnos ni a nosotros ni a los demás, nos esforzaremos por conectarnos por encima de las diferencias.
Hoy, es mucho más difícil superar las diferencias, que en siglos anteriores, porque somos mucho más egoístas y narcisistas que nuestros antepasados. Pero, si no nos esforzamos por seguir nuestros caprichos y no nos enfocamos en mejorar nuestras conexiones, sin tratar de cambiarnos unos a otros, construiremos conexiones mucho más profundas y reveladoras, que las que nuestros antepasados podrían haber imaginado. Las experiencias de los intentos fallidos por cambiar nuestra naturaleza, nos harán apreciar la sencillez restaurada y podremos disfrutar y apreciar relaciones sanas y sólidas, como ninguna generación anterior pudo hacerlo.
Gran verdad!!! Loa animales han sido mis mejores maestros, me dedique 14 años a colaborar con rescate animal y tienen una forma de cortejar a la hembra, que ya lo quisiera haber vivido con mi exmarido. Y esto me entristece 😪muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente en
Gracias maestro por su enseñanza, yo deseo con todo mi corazón ❤ encontrar mi alma gemela, para que juntos aprendemos a crecer.