Patrick Vallance, asesor científico en jefe del gobierno del Reino Unido, dijo recientemente al Comité de Estrategia de Seguridad Nacional en Londres que «es poco probable que se encuentre una vacuna verdaderamente esterilizante, algo que detenga por completo la infección». Por desalentador que sea este cálculo, es probable que Vallance subestime el impacto del virus. El escenario más probable es que el virus se propague de los humanos al reino animal, a las plantas y, de allí, vuelva al hombre. Es imposible vencerlo usando métodos regulares. Nuestra única opción es cambiar nuestra forma de vida.
Ya, en un informe en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, se confirmó que los gatos y los perros pueden ser infectados por el nuevo coronavirus y que los humanos son los que se lo transmiten a las mascotas. Aunque hasta ahora, no hay evidencia de que los animales infecten a la gente, la experiencia muestra que el coronavirus cambia todo el tiempo y no podemos estar seguros de que mañana no será trasmitido por las mascotas.
Aún más alarmante, la Comisión de Salud de China y Salud de Qingdao, informaron que, en el puerto de Qingdao, se detectaron muestras positivas de mariscos y que dos trabajadores que descargaron la carga en cuestión. se habían infectado. Sin una vacuna para un virus que puede infectarnos incluso a través de nuestras mascotas y alimentos, ¿cómo nos protegeremos? No podemos protegernos del virus, pero podemos eliminar la causa de su aparición y eso eliminará al virus.
Durante las últimas décadas, varios virus han migrado del reino animal a los humanos. VIH SIDA, Ébola y SARS son sólo algunos ejemplos, los científicos advierten que muchos más están «en el tubo», pues arruinamos el hábitat de los animales y eso los trajo a nosotros. Al mismo tiempo, debilitamos nuestro sistema inmunológico con nuestra forma de vida corrupta y nos volvimos más vulnerables a patógenos desconocidos.
Si queremos un futuro saludable, tenemos que transformar nuestra forma de vida. No podemos seguir manteniendo una actitud de explotación, competencia despiadada, odio y alienación entre la gente, naciones, razas y religiones. Este odio es la razón de que nos maltratemos a nosotros y a la Tierra. Estamos transfiriendo nuestras luchas al mundo en el que vivimos y destruimos nuestro planeta con nuestro deseo de dominar.
Nos volvimos demasiado poderosos y actuamos como si nuestras fechorías no tuvieran consecuencias. Somos mutuamente responsables. Dependemos unos de otros, lo queramos o no. Todo lo que hacemos afecta a toda la humanidad. Si optamos por consideración e interés mutuo, se salvará el mundo entero. Si optamos por seguir odiándonos, nos extinguiremos a nosotros mismos y a todo. Estamos en una situación de nadar o hundirnos y todos estamos juntos, atados, por cuerdas que no queremos reconocer. Si ahogamos a otros, estos hilos nos arrastrarán con ellos.
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