Incluso en los peores momentos y en las situaciones más extremas, el corazón siempre es libre. Sea cual sea la situación a la que nos enfrentemos, podemos elegir cómo relacionarnos con ella. Ahora que vuelve a haber guerra en Europa, podemos elegir la unidad. La guerra, al fin y al cabo, no es más que el estado más extremo de desunión. Su antídoto, por lo tanto, es la unidad y podemos lograr unidad, si rezamos por ella, todos, en todo el mundo.
La oración es una petición precisa que sale del fondo del corazón, para reparar una situación dolorosa. En un estado de separación y enemistad, nada puede impedirnos rezar por la unidad y por el amor. Siempre somos libres para orar.
La guerra se gana con el espíritu, no con las armas. Por eso, debemos elevar el espíritu por encima de nuestra sombría situación física y pedir la fuerza de unir nuestros corazones por encima de todas las diferencias, divisiones y hostilidades.
Si toda la humanidad se une en torno a la guerra en Europa e implora para que se detenga, para que las partes encuentren la fuerza de resolver sus diferencias pacíficamente, ninguna mala voluntad podrá resistir. La humanidad unida puede apagar el fuego de la guerra en el mundo. Esta guerra nos incumbe a nosotros, a todos nosotros. Es nuestro deber, el deber de todos y cada uno, suplicar desde el fondo del corazón para que los enemigos depongan las armas.
Todo lo que sucede, sucede para conectar a la humanidad, para unirla. Los acontecimientos terribles que se están dando actualmente, deben convertirse en trampolín para la unidad mundial. Pero, sólo puede ocurrir si no eludimos nuestro deber de elevarnos por encima de nosotros mismos en responsabilidad mutua global. Si no aprovechamos la oportunidad que se nos da para reforzar la unidad en el mundo, también seremos culpables de lo que está ocurriendo y de lo que está por ocurrir.
Gran verdad!!! La guerra se hace con el espíritu de hermandad. Unidad, conexión. No sólo Europa se encuentra en esta masacre llevada por egos estúpidos. Rendirme ante la voluntad de Dios. Soltando las riendas de las carretas oxidadas x el egoísmo. Y ajustando las mías ante mi creador. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente!!!