Cómo trascender tiempo, espacio y movimiento y comunicar con los muertos

La tecnología de la inteligencia artificial pretende ayudarnos a comunicar con los muertos. La empresa novel “HereAfter” ofrece aprender inteligencia artificial para que se puedan mantener conversaciones con los seres queridos que han fallecido. En vez de quedarse con las historias basadas en los recuerdos de los seres queridos, HereAfter ofrece aprender su habla y comportamientos con tecnología de inteligencia artificial para poder mantener el contacto con ellos una vez que han fallecido.  

Este es otro ejemplo de cómo seguimos avanzando tecnológicamente pero no logramos avanzar internamente en nuestras actitudes hacia la gente, el mundo y la naturaleza. Si estuviéramos más avanzados mental y emocionalmente, veríamos la necesidad de comunicarnos con nuestros seres queridos fallecidos como algo infantil y derivado de una falta de propósito en la vida. 

Es comprensible que la gente busque sensaciones de calidez, apoyo y protección y que esta tecnología pueda ayudar a proporcionar esas sensaciones, pero tal interacción no contribuye a ningún desarrollo humano positivo. No es diferente a la tendencia actual de tener drogas psicoactivas fácilmente disponibles: se trata de mantenernos dentro de burbujas de serenidad.  

La sociedad en general carece de propósito en la vida. Lo que alguna vez hubiera brillado ante nosotros como un noble propósito por el que valiera la pena trabajar, ha desaparecido.  En su ausencia, dichos desarrollos, junto con esa tendencia de la droga legalizada que veo en la misma línea, surgen como reemplazos temporales. 

No se requiere de la tecnología para comunicarse con la muerte 

Según la sabiduría de la Cabalá, si nos desarrolláramos como la naturaleza y sus leyes y aspiráramos a un estado humano más avanzado, no necesitaríamos dichos medios tecnológicos. Experimentaríamos una realidad mucho más perfecta que todos los desarrollos tecnológicos que un limitado cerebro pueda imaginar. 

¿Quiénes son los cabalistas? Son personas que han alcanzado una percepción y una sensación de la realidad como interconectada, por encima del tiempo, el espacio y el movimiento. Dado que ellos trascienden tiempo, espacio y movimiento, pueden comunicarse entre sí y con las personas del pasado –cercano o lejano– independientemente de que hayan tenido contacto físico.  

No es una capacidad imaginaria, ilusoria, mística ni tampoco profética. Es, en cambio, una capacidad muy real, alcanzable con el método de la Cabalá. 

Al trascender tiempo, espacio y movimiento en nuestra percepción y sensación, logramos acceder al comienzo y al final de la naturaleza. Nos podemos entonces dirigir a una persona que haya vivido antes, sabiendo qué y cómo pensaba y sentía; y con eso, aprender directamente de ellos y utilizar sus consejos.  

Es como escribió el cabalista Yehuda Ashlag en su artículo “Espiritualidad es aquello que nunca se pierde”: 

«De ahí se desprende lo que dicen nuestros sabios, quienes interpretan los versículos de la Torá.  Ellos dicen que esto es lo que Abraham dijo a Isaac y otros dichos similares de nuestros sabios. Dirán lo que se dice, lo que está explicado en los versículos. 

La pregunta surge: “¿Cómo supieron lo que uno dijo al otro?” Solo porque aquellos que alcanzaron el grado de Abraham (o cualquiera), ven y saben lo que Abraham vio y supo. 

Por esta razón, ellos saben lo que Abraham dijo. Y de la misma forma, en todos los dichos de nuestros sabios al interpretar los versículos de la Torá. Todo eso fue porque ellos también alcanzaron el grado, y cada grado en la espiritualidad es una realidad. Todos ven la realidad, como todos aquellos que llegan de la ciudad de Londres, en Inglaterra, ven lo que hay en la ciudad y lo que se dice en la ciudad». 

Cómo trascender tiempo, espacio y movimiento utilizando la Cabalá 

Cada uno de nosotros sentimos el tiempo, el espacio y el movimiento dentro del estrecho marco de nuestra percepción individual subjetiva, basada en nuestras innatas cualidades egoístas. La sabiduría de la Cabalá es un método para trascender nuestra percepción egoísta de la realidad a través del desarrollo del amor hacia los demás. Al hacerlo, revelamos una realidad eterna y perfecta, en la que todos y todo estamos interconectados como una unidad. 

Alcanzar la realidad de esa forma significa alcanzar una percepción de la naturaleza que no tiene filtros ni distorsiones. Llegamos a sentir cómo la naturaleza es una fuerza de amor y otorgamiento –que constantemente actúa para conectar todas las partes de la realidad juntas como un todo– y alineamos nuestra actitud ante la vida con las leyes y el funcionamiento de la naturaleza. 

Desde esta comprensión interconectada de la realidad, podemos entonces acceder a los deseos y pensamientos de cualquier individuo que haya existido. Se puede comparar a cómo usamos actualmente un motor de búsqueda para obtener la información que necesitamos desde una nube virtual. Sin embargo, es mucho más intenso que una simple consulta de búsqueda, ya que literalmente nos revestimos con los estados de toda clase de gente: desde el Rey Salomón a Hitler, e incluso personas que ni sabíamos que existían.  

Por supuesto que esta elevada capacidad se le concedería solamente a aquellos que la usen de forma totalmente altruista, en beneficio de los demás y de la naturaleza, sin una pizca de beneficio propio egoísta. Esa es la condición de la naturaleza. Por eso necesitamos la sabiduría de la Cabalá, para trascender nuestro ego con el fin de alcanzar esa actitud hacia la realidad.    

La conexión absoluta hacia la naturaleza y hacia los demás no necesita tecnologías sofisticadas. Solo necesitamos trabajar en nuestros pensamientos, deseos e intenciones, lo que es llamado “trabajo interno” según el método de la Cabalá. Y entonces desarrollaremos una percepción de la realidad totalmente nueva y extensa.