Siempre que en el mundo hay una gran agitación, surge el deseo de forjar buenos lazos entre todos los pueblos. Siempre que un país atraviesa una crisis interna, surge el deseo de unir todas las partes de la nación. Sin embargo, a pesar de todo, la vida sigue llevándonos de decepción en decepción, ¿qué nos falta en el camino hacia la tranquilidad y la plenitud?
El problema es que el ser humano es egoísta por naturaleza. Sólo pensamos en nosotros mismos, buscamos nuestro propio bien y usamos a los demás para nuestro placer. Por eso, aunque pensemos en cosas como la construcción de un vínculo mutuo y tratemos de establecer organizaciones y procesos que promuevan ese objetivo, el resultado no tiene el poder de superar la naturaleza humana, es decir, de anteponer el amor a los demás, al amor a nosotros mismos, dentro de nuestro corazón. Por eso, nuestros esfuerzos por crear vínculos nunca duran mucho.
Lo que necesitamos para tener éxito es un poder especial, algo de otro mundo, una especie de mecanismo milagroso que pueda elevarnos de nuestra naturaleza egoísta a una naturaleza más avanzada y sublime de amor por los demás, algo completamente nuevo.
Estamos en medio de un proceso evolutivo. En las últimas décadas, el mundo se convirtió en un sistema holístico en el que todos sus puntos están interconectados, son interdependientes y están relacionados. Pero nosotros, los seres humanos, con nuestro enfoque interior, aún no estamos integrados en el mundo emergente. A medida que el mundo está cada vez más interconectado, el ego de todos crece y nos aleja. La incompatibilidad entre la humanidad y el sistema de la naturaleza también está creciendo. Si la naturaleza humana no cambia, es sólo cuestión de tiempo para llegar a una explosión destructiva.
Hay un mecanismo único que puede evitarnos este funesto destino y elevarnos a un nuevo nivel de interacción, más seguro y agradable. Este mecanismo para salvar la vida lo describe la sabiduría de la Cábala y es el método para corregir la naturaleza humana. En general, el método se basa en aprender y practicar las técnicas de conexión y comunicación en grupos pequeños. También se aprende en profundidad el sistema integral de la naturaleza y la fuerza que conecta toda la realidad a un mecanismo integral y perfectamente conformado.
Hay un sistema integral subyacente a la naturaleza en el que todo está en conexión, perfección y armonía. Esta ley suprema de la naturaleza, que exige amor, no puede ser violada. En la medida en que trascendemos nuestra naturaleza egoísta y amamos a los demás, la distancia entre nosotros y los demás se acorta, hasta que, literalmente, podemos sentir a todos dentro de nosotros. Nuestros cálculos mentales y emocionales se conectan en armonía; la mente y el corazón se unen en una línea centrada, en la que todo es integral y está vinculado.
Este proceso de desarrollo puede llevarnos a lograr amor verdadero por los demás y podremos ayudar a moldear el entorno para que también apoye ese objetivo. Esta transformación de la independencia a la interdependencia, elevará nuestro mundo de dolor, al mundo del mañana, un mundo más cercano y cooperativo en el que la humanidad asciende a un futuro próspero.
Gran verdad!!! Todo está perfectamente conectado el universo, la tecnología en todos los aspectos, menos los humanos estamos programados como zombies, con una máxima indolencia y todavía decimos «es normal » no me indagó qué le estoy aportando al mundó y me asusta lo que recibo. Todo está agrietado a punto de romperse. Muchas gracias. DIOS los bendiga grandemente.