Si entendemos el impacto crítico que tiene en la economía las relaciones naturales de las personas, entenderemos el tipo de sistema económico que debemos construir con el fin de que éste pueda desempeñar sus funciones eficazmente y mantenga su estabilidad.
Cuando el sistema económico y financiero se adapte a nuestro mundo global-integral, en el que la economía y los vínculos económicos cruzan las fronteras y las empresas, en donde las personas dependen la una de la otra y se afectan las unas a las otras, quedará asegurada la estabilidad del sistema socioeconómico. Solo entonces el sistema evitará impactos y las recurrentes crisis que tantas pérdidas nos provocan.
Sin embargo, no solo es necesario que cambie la economía: ya que los sistemas económicos y financieros son reflejos de las relaciones humanas, se requiere de toda la comunidad internacional para proveer soluciones que reestructuren el sistema de las relaciones humanas. Cuando nuestras relaciones empiecen a cambiar hacia la integración, la unidad, la cohesión social, el cuidado de los demás, y la preocupación mutua, sabremos cómo modificar adecuadamente el paradigma económico.